El suceso puso los pelos de punta a internautas y televidentes: "Juro que comeremos vuestros corazones e hígados, soldados de Bashar" (al-Assad, el presidente sirio), amenazó el hombre del vídeo publicado el 12 de mayo en las redes sociales, luego de trocear el torso de un uniformado muerto y morder uno de sus órganos.
Sakkar, fundador de la Brigada Al Farouq, grupo de fanáticos religiosos que han cometido horrendos crímenes dentro de esta nación, fue reconocido en las imágenes pues no era la primera vez que aparecía en grabaciones donde exhibía sus "victorias".
Recientemente, medios de prensa como la británica BBC, abrieron sus cámaras a Jalid al Hamad -verdadero nombre del caníbal-, a fin de que "explicara" a la opinión pública mundial el por qué de su acción.
"No quería hacer algo así. Tuve que hacerlo. Debemos aterrorizar al enemigo, humillarlo", justificó el comandante de 27 años, bajo y fornido, con una piel curtida por el sol incesante y una mirada fija perturbadora, según describió el medio de comunicación.
No obstante, amenazó con que si los grupos opositores armados no recibían la ayuda prometida por gobiernos occidentales y de la región, "si no aprueban una zona de exclusión aérea, si no nos dan armas pesadas, haremos cosas mucho peores. Aún no han visto nada".
Sakkar adujo que su acto de antropofagia se debió a que el uniformado muerto presuntamente había violado mujeres y niñas, y conservaba en su teléfono móvil las grabaciones.
Sin embargo, tales grabaciones que probarían el supuesto crimen del miembro del Ejército Árabe Sirio jamás fueron divulgadas, cuando los irregulares son tan proclives a subir a las redes sociales los vídeos de sus acciones, observación que pasó inadvertida para el medio de prensa.
Para un funcionario del Ministerio sirio de Información, consultado por Prensa Latina, resulta irresponsable, falto de ética y escrúpulos poner al servicio de un terrorista una tribuna para que se exprese y se justifique.
Es parte del absurdo mediático occidental para tratar de justificar una guerra que han financiado y tienen a todas luces perdida, aseveró.
Habría que ver si la BBC invitaría a sus estudios a cualquier hipotético caníbal que hubiese ejercido sus dotes en las calles de Londres o Birmingham, cuestionó.
Desde el inicio del conflicto sirio en marzo de 2011, se han divulgado por Internet un gran número de vídeos donde se muestra la violencia de los irregulares armados, financiados y respaldados mediáticamente por administraciones occidentales y de la región.
Sobre los radicales islámicos y mercenarios pesan además acusaciones sobre el uso de armamento químico en reiteradas ocasiones, como ocurrió el 19 de marzo en la localidad Khan al-Asal, norteña provincia de Alepo, cuando el lanzamiento de un misil cargado con material tóxico mató a 25 personas y dejó heridas a unas 110.
Damasco había advertido a Naciones Unidas, en carta del 8 de noviembre de 2012, su seria preocupación por la disposición de algunas administraciones a suministrar tal tipo de armamento a los extremistas, para luego esgrimir que era el Gobierno el que las utilizaba contra civiles.
Aunque las autoridades solicitaron de inmediato a la Organización de Naciones Unidas (ONU) el envío de un equipo para investigar el hecho, el tema fue manipulado por miembros del Consejo de Seguridad como Estados Unidos, Reino Unido y Francia, para inculpar al gobierno del presidente Bashar al-Assad.
El 9 de julio, Rusia presentó pruebas a la ONU donde se corroboraría que fueron los irregulares los responsables del acto terrorista en Khan al-Asal.
Los resultados de las pruebas recogidas por nuestros expertos sobre el terreno indican claramente que se empleó gas sarín y hay razones suficientes para creer que fue la oposición armada la que usó esas armas químicas, aseveró el embajador ruso, Vitaly Churkin.
La prensa siria reveló varios incidentes sobre el uso de tan mortíferas armas en el territorio nacional, de los cuales responsabiliza al Frente al-Nusra, afiliado a la red terrorista Al-Qaeda.
El 2 de mayo denunció un incidente en el cual murieron al menos cinco ciudadanos en Sarakeb, noroccidental provincia de Idleb, por la inhalación de gases tóxicos contenidos en bidones ocultos en la casa de Ibrahim al-Rahma, un supuesto contrabandista de material químico.
Explicó que los de al-Nusra, quienes llevaban máscaras antigases y obligaron a rehenes a inhalar los gases, retiraron los cuerpos y los trasladaron hacia territorio turco con el objetivo de inculpar a las autoridades por el hecho.
Sobre los radicales islámicos y mercenarios pesan además acusaciones sobre el uso de armamento químico en reiteradas ocasiones, como ocurrió el 19 de marzo en la localidad Khan al-Asal, norteña provincia de Alepo, cuando el lanzamiento de un misil cargado con material tóxico mató a 25 personas y dejó heridas a unas 110.
Damasco había advertido a Naciones Unidas, en carta del 8 de noviembre de 2012, su seria preocupación por la disposición de algunas administraciones a suministrar tal tipo de armamento a los extremistas, para luego esgrimir que era el Gobierno el que las utilizaba contra civiles.
Aunque las autoridades solicitaron de inmediato a la Organización de Naciones Unidas (ONU) el envío de un equipo para investigar el hecho, el tema fue manipulado por miembros del Consejo de Seguridad como Estados Unidos, Reino Unido y Francia, para inculpar al gobierno del presidente Bashar al-Assad.
El 9 de julio, Rusia presentó pruebas a la ONU donde se corroboraría que fueron los irregulares los responsables del acto terrorista en Khan al-Asal.
Los resultados de las pruebas recogidas por nuestros expertos sobre el terreno indican claramente que se empleó gas sarín y hay razones suficientes para creer que fue la oposición armada la que usó esas armas químicas, aseveró el embajador ruso, Vitaly Churkin.
La prensa siria reveló varios incidentes sobre el uso de tan mortíferas armas en el territorio nacional, de los cuales responsabiliza al Frente al-Nusra, afiliado a la red terrorista Al-Qaeda.
El 2 de mayo denunció un incidente en el cual murieron al menos cinco ciudadanos en Sarakeb, noroccidental provincia de Idleb, por la inhalación de gases tóxicos contenidos en bidones ocultos en la casa de Ibrahim al-Rahma, un supuesto contrabandista de material químico.
Explicó que los de al-Nusra, quienes llevaban máscaras antigases y obligaron a rehenes a inhalar los gases, retiraron los cuerpos y los trasladaron hacia territorio turco con el objetivo de inculpar a las autoridades por el hecho.
El 30 de abril los medios refirieron que los radicales esparcieron un polvo blanco en la calle Shabur, en la entrada sur de la propia localidad, lo que produjo asfixia, convulsiones y complicaciones respiratorias a los ciudadanos.
A inicios de julio, en la ciudad de Banias, en la provincia de Tartous, las Fuerzas Armadas allanaron un depósito custodiado por grupos opositores armados que contenía 281 barriles llenos de químicos peligrosos como polietilenglicol, monoetilenglicol, monoetanolamina, dietanolamina y trietanolamina.
Al denunciar el hecho ante Naciones Unidas, el representante permanente sirio ante el organismo, Bashar Jaafari, alertó que el arsenal detectado era suficiente para destruir una ciudad o un país entero.
Una semana después, el mando militar halló un taller para la fabricación y almacenamiento de sustancias tóxicas en un refugio de irregulares ubicado en el barrio de Jobar, en la periferia de Damasco.
Grandes cantidades de cloro permanecían en el local clandestino, mientras que otras sustancias eran de manufactura extranjera, algunos con la inscripción: Hecho en Arabia Saudita, mostró el canal oficial de noticias.
En la redada fueron confiscados decenas de obuses de morteros vacíos, los cuales estaban siendo preparados para colocarles en el interior las letales sustancias y lanzar ataques con ellos, explicó.
Aunque medios de comunicación y gobiernos occidentales insisten en llamarlos rebeldes y luchadores por la libertad, las acciones de estos grupos desmienten los propósitos de ayudar a la población que esgrimen como supuesto argumento de su lucha contra el gobierno.
No obstante, cada vez son más las voces que reconocen el ascenso dentro de la llamada oposición armada de una facción fundamentalista liderada por el funesto Frente al-Nusra, autor confeso de los más letales ataques dinamiteros y suicidas durante los más de dos años de conflicto.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Philippe Lalliot, admitió recientemente que los grupos terroristas representan una amenaza en el contexto de la evolución de la situación en Siria y los países vecinos.
Estamos preocupados por la creciente violencia entre los grupos extremistas y otros grupos armados de la oposición en Siria, reconoció.
A inicios de julio, en la ciudad de Banias, en la provincia de Tartous, las Fuerzas Armadas allanaron un depósito custodiado por grupos opositores armados que contenía 281 barriles llenos de químicos peligrosos como polietilenglicol, monoetilenglicol, monoetanolamina, dietanolamina y trietanolamina.
Al denunciar el hecho ante Naciones Unidas, el representante permanente sirio ante el organismo, Bashar Jaafari, alertó que el arsenal detectado era suficiente para destruir una ciudad o un país entero.
Una semana después, el mando militar halló un taller para la fabricación y almacenamiento de sustancias tóxicas en un refugio de irregulares ubicado en el barrio de Jobar, en la periferia de Damasco.
Grandes cantidades de cloro permanecían en el local clandestino, mientras que otras sustancias eran de manufactura extranjera, algunos con la inscripción: Hecho en Arabia Saudita, mostró el canal oficial de noticias.
En la redada fueron confiscados decenas de obuses de morteros vacíos, los cuales estaban siendo preparados para colocarles en el interior las letales sustancias y lanzar ataques con ellos, explicó.
Aunque medios de comunicación y gobiernos occidentales insisten en llamarlos rebeldes y luchadores por la libertad, las acciones de estos grupos desmienten los propósitos de ayudar a la población que esgrimen como supuesto argumento de su lucha contra el gobierno.
No obstante, cada vez son más las voces que reconocen el ascenso dentro de la llamada oposición armada de una facción fundamentalista liderada por el funesto Frente al-Nusra, autor confeso de los más letales ataques dinamiteros y suicidas durante los más de dos años de conflicto.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Philippe Lalliot, admitió recientemente que los grupos terroristas representan una amenaza en el contexto de la evolución de la situación en Siria y los países vecinos.
Estamos preocupados por la creciente violencia entre los grupos extremistas y otros grupos armados de la oposición en Siria, reconoció.
En junio, las autoridades responsabilizaron a la entidad que pretende imponer aquí un califato regido por la sharia (Ley islámica) de la masacre de 60 civiles, entre ellos mujeres y niños, en la aldea de Hatla, en la oriental provincia de Deir Ezzor.
El asesinato masivo contra ciudadanos inocentes se debió a su negativa a cooperar con los terroristas en sus planes para derrocar al gobierno.
Varios vídeos en Internet mostraron a los extremistas celebrando la masacre en la aldea de confesión chiíta, lo cual presupone el carácter cada vez más sectario que adquiere el actual conflicto armado.
En una de las grabaciones difundidas, se aprecia a un grupo de hombres armados gritando "Alla Akbar" (Dios es grande), mientras el camarógrafo se acerca a un cadáver en un patio y afirma: "Este es chiiíta, es un cuerpo chiíta, éste es el final para él", lo cual revela el carácter sectario del hecho.
Durante el propio junio, los de al-Nusra asesinaron en Alepo, en el norte del país, al adolescente de 13 años Mahamed Qataa, delante de sus padres, por supuestamente haber proferido una blasfemia e insultado a Dios (Alá).
Incluso una organización opositora como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, entidad con sede en Londres, rechazó el hecho y exigió que los asesinos sean llevados ante la justicia.
Luis Brizuela Brínguez - Corresponsal de Prensa Latina en Siria.
Source: Prensa Latinoamericana
El asesinato masivo contra ciudadanos inocentes se debió a su negativa a cooperar con los terroristas en sus planes para derrocar al gobierno.
Varios vídeos en Internet mostraron a los extremistas celebrando la masacre en la aldea de confesión chiíta, lo cual presupone el carácter cada vez más sectario que adquiere el actual conflicto armado.
En una de las grabaciones difundidas, se aprecia a un grupo de hombres armados gritando "Alla Akbar" (Dios es grande), mientras el camarógrafo se acerca a un cadáver en un patio y afirma: "Este es chiiíta, es un cuerpo chiíta, éste es el final para él", lo cual revela el carácter sectario del hecho.
Durante el propio junio, los de al-Nusra asesinaron en Alepo, en el norte del país, al adolescente de 13 años Mahamed Qataa, delante de sus padres, por supuestamente haber proferido una blasfemia e insultado a Dios (Alá).
Incluso una organización opositora como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, entidad con sede en Londres, rechazó el hecho y exigió que los asesinos sean llevados ante la justicia.
Luis Brizuela Brínguez - Corresponsal de Prensa Latina en Siria.
Source: Prensa Latinoamericana