Foto uruknet
Oriel A. Domínguez C.
ABOGADO
La Invasión a Panamá es sin lugar a duda el genocidio más grande de nuestra historia, sin embargo nadie sabe con exactitud cuántos panameños murieron, en parte gracias a la actitud para algunos servil del hoy difunto Presidente Endara y su gobierno, quienes se negaron a incluir en el Censo de 1990 la pregunta relacionada a si algún familiar suyo había muerto en la invasión.
Sólo para recordar algunos hechos que dan inicio a esta época “democrática”. Nadie podrá cambiar jamás que Endara, Calderón y Ford cenaban en una base norteamericana horas antes de la invasión, en dicha cena les fue comunicado que nos invadirán, nadie sabe cómo reaccionaron, pero no parece ser que se hayan opuesto con vehemencia ante tal noticia, lo cierto es que esa noche ellos tomaron posesión de sus cargos recibiendo cada uno el abrazo de los mismos soldados que nos masacraron utilizando las más modernas armas.
Una de ellas el avión de combate Stealth Fighter F-117 “Nighthawk” que erró tres de las cuatro bombas que intentó detonar en el Cuartel Central, pese a este hecho reconocido por los propios invasores, muchos hoy todavía tontamente creen que el Chorrillo fue quemado por miembros del Batallón de la Dignidad.
Otro hecho fue que a los días, muchos panameños a pesar de lo sucedido salieron con gran alegría vistiendo camisetas que decían “Just Cause” portando banderas de los Estados Unidos, otros incluso servían a Estados Unidos y salieron vistiendo con orgullo el uniforme militar yankees.
Que decir de los y las que se subían a las tanquetas gringas y se tomaban alegremente fotos con los soldados sureños de ojos verdes y cabellos rubios únicamente. Para los meses siguientes la historia recuerda al Embajador de los Estados Unidos dando órdenes en el Consejo de Gabinete de la República de Panamá.Todos estos hechos lejos de constituirse en algo heroico rayan en la más grande traición.
Es triste que hoy se considere esta fecha como “Día de Reflexión” y es que después de 21 años por donde se mire la invasión no tuvo nada de Justa.
Con estas actitudes nunca llegaremos a ser país de primer mundo y habrá que esperar que toda esta generación muera, así como murieron los judíos que salieron de Egipto que tenían mentalidad de esclavos, para entonces empezar a edificar un país con dignidad y valor, donde el amor a la patria esté por encima de todo.
Ojalá algún podamos honrar a aquellos que dieron su vida por la patria ese día como ellos se merecen. Nunca los olvidaremos.
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