El Gobierno contesta a varios grupos que el safari en el país africano "no dio lugar a ningún gasto
extraordinario o imprevisto" y que la operación posterior no tuvo "ningún coste para el erario público"
La Casa del Rey jamás dio detalles de un viaje a Botsuana calificado de "privado" y no de carácter oficial. Pero prácticamente desde el principio trascendió que el monarca se desplazó al país africano a cazar elefantes einvitado por uno de los integrantes de la excursión, el empresario hispanosaudí Mohamed Eyad Kayali. No obstante, ya existe una confirmación indirecta de que fue así.
El Boletín Oficial de las Cortes Generales (BOCG) publica este miércoles varias respuestas del Gobierno [ver aquí] sobre el safari de lujo de Juan Carlos a los diputados Gaspar Llamazares (IU), Joan Coscubiela y Laia Ortiz (ICV), Irene Lozano (UPyD), Alfred Bosch, Joan Tardà y Teresa Jordà (ERC). Y en ellas el Ejecutivo reitera que "el desplazamiento concreto" del monarca a Botsuana "no dio lugar a ningún gasto extraordinario o imprevisto".Tampoco generó "ningún coste para el erario público" el "desgraciado accidente de Su Majestad el Rey", replica el Ejecutivo.
El jefe del Estado se trasladó hasta Madrid en el mismo avión privado que le llevó a Botsuana, según precisó la Zarzuela en el momento en que comunicó que el rey había sido operado de urgencia de su cadera derecha tras una "caída accidental". Después, fue intervenido en la clínica USP San José (por dos veces). El monarca suele viajar con escoltas y con un médico intensivista, así que se deduce que Kayali –amigo personal y representante habitual de los negocios de la Casa Real saudí en España– pagó el desplazamiento de Juan Carlos y de su séquito. Lo que se desconoce es cuánto supuso la doble intervención y quién la abonó. Anteriores intervenciones del soberano salieron del fondo de contingencia que maneja la Casa. La institución se ciñe a la excusa oficial: fue una excursión "privada" de la que nunca se han dado más datos de los conocidos.
El Gobierno proporciona poca información más. Coscubiela y Ortiz inquirían cuál era la información que trasladaba la Zarzuela a la Moncloa sobre los viajes privados del monarca ysi pensaba adoptar "alguna iniciativa política o jurídica" para que las salidas del jefe del Estado sean comunicadas "previamente". Los dos parlamentarios ecosocialistas también querían saber si el Gabinete de Mariano Rajoy estaba buscando fórmulas "para evitar que situaciones como esta deterioren gravemente la legimitidad social de las instituciones", si pensaba incluir a la Corona en la próxima Ley de Transparencia y si no creía "oportuno" que la Casa Real informe a la opinión pública "en qué se gasta" su presupuesto anual con todo detalle, como hace Buckingham Palace. "El Gobierno ejerce las facultades que le otorga la Constitución de acuerdo con esta y con las leyes vigentes –consta en la réplica oficial–. Por todo ello, el Gobierno está plenamente informado de todos los desplazamientos que realiza Su Majestad el Rey [...]. El Gobierno resalta que las posibles reformas normativas e iniciativas políticas a las que aluden las preguntas de sus señorías no están incluidas entre los compromisos asumidos" por Rajoy en su investidura, el pasado 20 de diciembre.
El desplazamiento a Kuwait
Sobre la cuestión de la transparencia, no hacía casi falta que el Ejecutivo diese respuesta, puesto que ha sostenido públicamente que la monarquía debe quedar al margen de todo escrutinio público, porque no es una Administración al uso. No obstante, la contestación oficial es menos diáfana: "El Gobierno remitirá el proyecto de Ley de Transparencia una vez hayan sido evacuados los oportunos informes de los diferentes órganos consultivos".
Tardà, Bosch y Jordà preguntaban por la "actuación" de la Embajada española. "El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, a través de su red de embajadas, realizó las gestiones habituales ante las autoridades locales". Fuentes de la Casa Real precisaban que entre esas "gestiones habituales" se encuentra alertar al país de que se encuentra allí el rey de España.
Lozano y Llamazares incorporaban otra cuestión que suscitó cierta controversia en su momento: el viaje que el rey había realizado, previo al de Botsuana, a Kuwait. No se desplazó con ningún ministro. "El desplazamiento a Kuwait carecía del carácter oficial –explica el Ejecutivo–, por lo que la presencia de miembros del Gobierno no es constitucionalmente exigible". Desde la Zarzuela añaden que le acompañó el embajador, que en ese caso hizo funciones de ministro de jornada. A ambos diputados les repite que la Moncloa está informada, "con suficiente antelación, de todos los desplazamientos" del soberano.
Las preguntas que ha respondido el Gabinete son las que dejó pasar la Mesa del Congreso. Sólo aceptó 27 de las 61 inicialmente presentadas a raíz de la cacería africana del monarca. Pero ni siquiera ha contestado en su integridad las cuestiones que toleró. No precisa el Ejecutivo cuándo tuvo conocimiento del viaje a Botsuana, ni qué opinión tuvo del mismo y si se la hizo saber a la Zarzuela, ni si sabía qué iba a hacer Juan Carlos allí, ni con cuánta antelación se enteró de la visita a Kuwait. La Corona tampoco quiso contestar las preguntas no admitidas por la Cámara baja, derivadas por IU.
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